¿Quién paga las reparaciones de un piso alquilado? Esta es la pregunta del millón, la suelen hacer propietarios que tienen viviendas o locales alquilados, y también inquilinos.
La ley de arrendamientos urbanos de 1994, señala en su artículo 21 punto 1 que el arrendador está obligado a realizar todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en condiciones de habitabilidad, salvo cuando el deterioro sea imputable al arrendatario.
No obstante, el mismo artículo, en su punto 4 señala que las pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda serán de cargo del arrendatario.
¿Quién paga las reparaciones, el propietario del piso o el inquilino?
Como la ley no está bien definida y no hay ninguna sentencia clara al respecto, ni jurisprudencia que ayude a saber qué hacer con la máxima objetividad, se debe estudiar cada caso por separado y actuar en consecuencia.
Según nuestra experiencia, los propietarios, como es lógico, están más dispuestos a pagar las reparaciones si:
– El inquilino paga puntualmente los recibos de alquiler, sin devoluciones.
– El inquilino conserva la vivienda en buen estado.
– El inquilino tiene una buena convivencia con el resto de vecinos del edificio.
– El inquilino no está reportando incidencias constantemente.
Eso quiere decir que la misma intervención, puede tener resultados distintos en función del tipo de inquilino que haya en la vivienda.
Veamos algún ejemplo habitual para ayudarte a entenderlo mejor.
¿Quién ha de pagar las tuberías estropeadas de un piso alquilado?
Hay un escape en el baño, las tuberías que pasan por dentro de las paredes y no se ven a simple vista, se han reventado. En este caso puede haber dos opciones:
1) El inquilino ha intentado colgar un espejo en el baño y al hacerlo ha tenido la mala suerte que ha taladrado la tubería.
2) Las tuberías son viejas y han acabado por desgastarse y romperse.
En este caso es claro: en la opción (1) los costes de la reparación serán sufragados por el inquilino, mientras que en el caso (2), será el propietario quien deba pagarlos.
¿Quién paga la factura cuando se rompe un grifo de un piso alquilado?
El grifo de la cocina se ha roto y no sale agua. En este caso nos haríamos preguntas como estas: ¿Cuántos años tiene el grifo?; ¿Hace mucho que se cambió?; ¿El inquilino nos pide siempre reparaciones?
Si al responderlas determinamos que el grifo se ha roto por culpa de un mal uso, la sustitución de éste deberá recaer en el inquilino.
Por el contrario, si el grifo tenía bastantes años de antigüedad y el inquilino no acostumbra a reportar muchas incidencias, será el propietario quien asumirá el coste del cambio de grifo.
¿Quién debe pagar una caldera que no funciona en un piso alquilado?
La caldera de una vivienda es siempre es un elemento controvertido en cuanto a quién paga sus reparaciones o su sustitución. Es habitual que cuando se estropea haya problemas entre propietario e inquilino ya que las calderas cuestan bastante dinero.
Para evitarlos, nosotros siempre obligamos, por contrato, a contratar un servicio de mantenimiento de la caldera. Este suele incluir revisiones de mantenimiento, mano de obra y garantía en las reparaciones, junto con asistencia inmediata y el mejor precio en los materiales.
De este modo garantizamos que la caldera siempre está vigilada y, en el caso de que se deba cambiar, si no se ha cumplido con el contrato, el propietario no está obligado a sufragar los gastos de su cambio, y por ende será el inquilino quien deba hacer frente a los mismos.
Sobre problemáticas de calderas y calefacciones comunitarias en fincas, hemos escrito este otro artículo de una historia relacionada acontecida en una finca que administramos en la c/Ganduxer de Barcelona.
Una buena intermediación en la gestión y administración inmobiliaria
En estos casos que te hemos comentado, así como en muchos otros que suceden cada semana (piensa que en Almendros administramos varios miles de inmuebles por lo que casuísticas hay muchas), nuestro trabajo siempre es arbitrar entre las dos partes, para intentar evitar que hayan conflictos entre propietarios e inquilinos, algo que no está siempre en nuestra manos.
La intermediación, la experiencia y la óptima gestión, son claves para encontrar soluciones (que no siempre gustan a todos por igual), evitar que los temas se eternicen, y propiciar que las relaciones contractuales entre inquilinos y propietarios sean fluidas y cordiales.
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Esperamos esta lectura te haya servido de ayuda. Recuerda que en caso de necesitarlo, puedes consultarnos cualquier otra sobre esta casuística a continuación.
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